sábado, 1 de octubre de 2016

Octubre 2016. INICIO. En medio de los imponentes viñedos Duprís, en San Juan Tempetú, la imponente hacienda Duprís se viste de fiesta para celebrar el enlace matrimonial entre Rodolfo y Oriana, quienes comparten su dicha en compañía de todos sus seres queridos, sin sospechar siquiera que Dinora y Lucrecia, la hermana y madre de la mujer, tienen un plan siniestro para arruinar ese matrimonio pues originalmente Rodolfo fue novio de Dinora, pero al conocer a Oriana se enamoró de esta, dejando de lado a la resentida hermana, quien junto con su madre tenía ambiciosos planes. Pasan así tres años en los que Oriana y Rodolfo son felices en la hacienda y sus viñedos, grandes productores de vino del estado y los cuales son también dirigidos por el malvado capataz Silvano, quien está enamorado de Dinora, la cual insiste en insinuarse a Rodolfo, quien la rechaza y le deja claro que nunca más se interesará en ella pues Oriana es todo su mundo.

Oriana visita la casa donde creció y encuentra una vieja carta en la que descubre que su padre murió cuando decidió abandonar a Lucrecia para ir detrás de otra mujer. Intenta hablar de esto con su madre, la cual se reúsa a decir una sola palabra y al caminar por el pueblo descubre que se ha inaugurado una nueva fonda. Se sorprende al verse frente a frente con Alfonsina Acuña, la dueña, a la que pregunta qué hace en el puebloy le exige que se marche. Alfonsina la enfrenta y le hace aber que ha regresado para quedarse definitivamente por lo que la preocupada Lucrecia acude al presidente municipal del municipio, Bernardo, a quien suplica que desaloje a Alfonsina y la eche para siempre pero el hombre no encuentra una razón para hacerlo. La mujer entonces habla con la esposa del hombre, Graciela, a quien asegura que esa mujer es una ramera que traerá desgracias a los habitantes de su comunidad.

Oriana aconseja a Dinora que haga caso de los cortejos de Marcelo, gran amigo de Rodolfo y que ha mostrado interés en ella pero la mujer se niega pues en realidad ha mantenido unaardiente aventura con él para saciar sus placeres pero no lo ama. Oriana le da la noticia de que está esperando un hijo de Rodolfo y llena de rabia busca a Silvano, al que dice que corresponderá a sus deseos, pues sabe que está enamorado de ella, solo si le cumple un ferviente deseo: Matar a Oriana antes de que Rodolfo se entere de que esta está esperando un hijo suyo. Por eso el capataz corta los cinturones de la silla de montar de la mujer, quien sale a dar un paseo y ante la presencia de un nido de serpientes el animal que monta se desboca, nervioso, por lo que ella cae y es picada por los reptiles. Dañada, se da fuerzas para correr hacia la hacienda pero pronto cae desmayada entre los viñedos. Ante su ausencia, el desesperado Rodolfo sale a buscarla en medio de la noche y la halla agonizando entre la tierra. De inmediato la lleva a un hospital, donde la mujer muere y él se entera de que estaba esperando un hijo. Desde ese momento Rodolfo se hunde en una gran depresión que lo amarga cada día más, por lo que se centra en el cultivo de su hacienda, la que renombra como Santa Oriana, pasando así cinco años de amargura, dolor, que nadie puede calmar, hasta convertirse en un ser duro y amargado.

En la capital, Ana Isabel Robledo cuida de Roberto, su padre enfermo, quien le pide que a su muerte busque a su madre, mujer a la que la muchacha guarda resentimiento por haberlos abandonado cuando ella era una niña. Sin embargo promete que así lo hará. Roberte muere y con el poco dinero que hereda a su hija, quien incluso ha perdido su trabajo como hostess en un restaurante, decide dejar la ciudad tras enterrarlo pues también la relación que tiene con su novio, Carlos, un bueno para nada que solo le ha sacado dinero y que la desprecia cuando esta se niega a darle un centavo más.
Ana Isabel llega a San Juan Tempetú, impresionandose por los hermosos viñedos que se ven desde la carretera. Pregunta por todas partes por Alfonsina, hasta llegar a la fonda y presentarse como su hija. La mujer la abrza y llora pues sabe que su llegada es señal de que Roberto ha muerto. Le explica que la abandonó para protegerla pensando en que el hombre viviría muchos años. Le pide que abandone el pueblo y e busque la vida en otro lado pero la muchacha está fascinada y decide que se quedará. Es apoyada por Antonia y Camila, madre e hija que trabajan en la fonda y las cuales aseguran a Alfonsina que si entre todas se cuidan nada le sucederá a su hija. Alfonsina termina por aceptar mas Prohíbe a Ana Isabel que se acerque a la hacienda Duprís o a los viñedos.

Marcelo insiste en casarse con Dinora mas Lucrecia le hace aber que él es muy poca cosa para ella que merece a un hombre con mucho más poder y dinero. Marcelo le asegura que Rodolfo jamás tendrá interés en reanudar lo que una vez tuvo con la mujer pues no ha podido olvidar a Oriana. Sin embargo Lucrecia confía en que el tiempo estará a su favor y el hombre no tendrá más remedio que casarse con su hija mayor. Por su parte Marcelo interrumpe a su amigo en las labores de cocecha en los viñedos y lo entera de la llegda de una muchacha muy bonita al pueblo. Al hombre no le importa saber de mujeres mas pronto conoce a Ana Isabel, cuando esta desobedece las ordenes de su madre. Severo, la corre de su propiedad pues la sorpende robándose unas uvas y ella lo enfrenta, acusándolo de ser un altanero. Él la insulta hiriéndola a tal grado que ella lo abofetea por lo que la manda a echar con Silvano. Desde lo lejos la muchacha lo repudia y de pronto él ve en ella la imagen de Oriana, pues esta también tenía el mismo ímpetu. Se da una ducha para relajarse y es sorprendido por Dinora, la cual le pide que le regale un momento de pasión pues ha esperado años para volver a estar con él. Rodolfo la rechaza y esta termina besándose con Silvano, el cual desea hacerla suya pero lo desprecia, dejando claro que esos días terminaron. Él le recuerda lo que hizo con ella y la toma de los cabellos, le da nalgadas, por lo que ella ríe y asegura que él sabe cómo le gusta ser amada. Se entrega a él, quien luego acude a casa al lado de su mujer, Antonia, a la que maltrata lo mismo que a Camila, a quien intimida constantemente pues la muchacha le gusta y desea hacerla suya. Esta a su vez tiene un romance con Germán, el hijo mayor de Bernardo y Teresa, quien lo descubre y prohíbe al muchacho que se relacione con una pobretona pero este está dispuesto a defender su amor y es apoyado por su padre, quien a su vez desaprueba que su esposa insista en casar a su hija menor, Érika, con un hombre como Rodolfo Duprís o Marcelo Ferrara, quienes son mucho mayores que ella. Sin embargo Érika siempre ha estado enamorada en silencio de Marcelo, a quien acude para que la ayude con su tésis y le pide que sea su padrino cuando se gradúe. Él acepta, encantado y esto llena de felicidad a Teresa, de quien Dinora se burla pues sabe sus intenciones. Teresa responde a las provocaciones de la mujer, a la que asegura que hará todo lo poible para que su hija no termine como ella: Sola y amargada, sin la esperanza de que un hombre se case con ella.

Ana Isabel y Rodolfo coinciden constantemente y pelean al punto de creer que se odian. Esto lo descubre Alfonsina, quien tiene un encuentro con Lucrecia, quien sabe quién es Ana Isabel y la ofende, diciéndole que su madre es una ramera. La muchacha abofetea a la mujer y pide a su mamá que le diga porqué Lucrecia la odia. Alfonsina se niega a revelarle la verdad a su hija, a quien Lucrecia tiene intenciones de matar pues la considera peligrosa. Visita la tumba de su marido, al que maldice deseando que esté ardiendo en el infierno por haberla engañado en el pasado y al que tuvo que asesinar cuando decidió buscar a la mujerzuela con la que se burló de ella: Alfonsina.

Rodolfo no deja de quejarse de Ana Isabel ante Marcelo, quien se ríe de él y le pregunta si no será que se ha enamorado de la muchacha. Rodolfo, molesta, lo niega, pero en provado piensa en ella y ríe pues en realidad la chica es bonita y le gusta que sea brava y se defienda. Invita a Marcelo a comer a la fonda, donde exige que sea ella quien los atienda y la trata con rigor por lo que Ana Isabel lo corre. Él se marcha y se niega a pagar por lo que Marcelo lo hace. Ana Isabel se sorprende cuando Antonia le dice que ella y ese hombre terminarán juntos, pues del odio nace el amor.

Bernardo discute con Teresa por las imposiciones de esta a sus hijos, a los cuales no deja ser y trata como señoritos en vez de dejar que se busquen la vida y tomen sus propias decisiones. Teresa sueña alto y asegura que n permitirá que su hija se case con un mediocre como él ni su hijo se convierta en lo mismo. Bernardo recuerda a su esposa que el mediocre que dice que él es es el hombre que ella eligió como esposo. La mujer revela estar arrepentida de haber tomado tan estúpida decisión. La mujer se encuentra en la iglesia con Antonia, a la que exige que convenza a Camila de alejarse de Germán, pues el muchacho merece ser feliz al lado de alguien que valga la pena. Antonia defiende a su hija pero Teresa la ofende a tal grado que la mujer llora y es consolada por Alfonsina.

Marcelo hace saber a Rodolfo que mucha producción de sus viñedo está siendo robada y el responsable de esto debe ser Silvano, a quien ambos deciden tender una trampa para comprobar si es verdad pero Dinora, quien los ha escuchado, alerta al habilidoso capataz, quien se las ingenia para parecer inocente ante los ojos de su patrón y pide a su cómplice, Lisandro, trabajador en los viñedos, que sean más discretos. Los dos molestan al joven Valentín, un peón que siempre ha estado enamorado de Camila en secreto y Silvano le aconeja que la tome por la fuerza o de otra forma nunca la tendrá, pues esta está perdidamente enamorada de Germán. Luego Silvano sorprende a Camila bañándose e intenta abusar de ella, exigiéndole que no se resista pues si hay violencia de por medio será ella quien salga perdiendo. La muchacha logra huír de él y cuenta a su madre lo que sucedió. Antonia la abofetea pues cree que es una mentirosa, ya que siempre le ha tenido mala voluntad al hombre, mismo al que Lucrecia ofrece una fuerte cantidad de dinero para que de un buen susto a Alfonsina y Ana Isabel.

Lucrecia visita el cementerio y se alarma al ver a Alfonsina ante la tumba de su marido. La corre del lugar y le recuerda que ella no es más que una zorra, callando cuando la mujer le recuerda que el difunto la amó y vivieron intensamente ese romance, nacido a raíz del desprecio del hombre hacia Lucrecia, quien se casó con él por ambición. Lucrecia loa cepta y asegura hundirse en dinero gracias a eso, callando nuevamente cuando Alfonsina le pregunta como es que el muerto sufrió el accidente en que perdió la vida luego de pedirle a ella el divorcio. Asegura estar convencida de que ella lo mató y Lucrecia la abofetea para advertirle que no se meta con ella pues no sabe de lo que es capaz pero Alfonsina lo sabe y dice no tenerle miedo.

Ana Isabel recrimina a Antonia que no crea en lo que le ha dicho Camila, la cual corre un gran peligro al vivir bajo el mismo techo de un hombre como Silvano, al que la audaz muchacha acude a enfrentar, logrando que este se atreva a intentar golpearla. Es detenido por Rodolfo, quien le prohíbe que le toque un pelo a la muchacha, misma a a que lleva hasta la fonda y le aconseja que no se violente con los hombres del pueblo, los cuales suelen ser agresivos. Ella le pregunta por qué es tan gruñón y amargado. El hombre lamenta que piense eso de él y al estar en su hacienda contempla el retrato de su amada Oriana. Aparece Dinora para decirle que lo que su hermana hubiera querido es que el fuera feliz al lado de otra mujer que supiera quererlo. Lo besa y él de nueva cuenta la rechaza.

Silvano ronda la fonda de Alfonsina y decide incendiarla en complicidad con Lisandro, creyendo que no se encuentra nadie pero la verdad es que Alfonsina se encuentra dentro y muere entre las llamas, causando un gran dolor a Ana Isabel, a quien Rodolfo acude a darle el pesame y le pide que intenten ser amigos, dejando de lado los ataques y ofensas. Se dan la mado y ella le sonríe, estremeciéndolo con la mirada. Dinora, quien se presenta acompañando a Marcelo, los ve y enfurece por lo que temerosa a que la muchacha pueda gustarle al hombre decide que la eliminará.

Valentín escucha a Lisandro hablando con Silvano sobre el incendio y se lo comenta a Camila, quien corre a decirle a Antonia que quizás el hombre fue el causante de la muerte de Alfonsina. Antonia pide a su hija que calle y no repita una sola palabra de lo que ha dicho y las dos se muestran temerosas ante la presencia del hombre, quien las austa y les dice que ahora que se han quedado sin trabajo tendrán que acudir a los viñedos, donde se necesitan más manos. Prohíbe que Camila tenga al go que ver con Valentín, al que amenaza de muerte y exige que se aleje de esta pero el muchacho está decidido a luchar por su amor.

Ana Isabel no sabe qué es lo que hará ahora que se ha quedado sin nada y se desahoga con Érika, con quien ha hecho gran amistad. Esta le promete que hablará con su padre, quien como presidente municipal puede ayudarla pero Teresa le prohíbe a su marido ayudar a la hija de la más grande enemiga de Lucrecia. Sin embargo Érika cuenta las preocupaciones de su amiga a Marcelo, quien entera a Rodolfo de la situación de Ana Isabel y este la busca en su casa para ofrecerle su ayuda. Ella se aferra a él y llora asegurando sentirse sola en el mundo pues se ha quedado sin nadie. Él dice entenderla y entonces, dejándose llevar por la emoción, la besa apasionadamente, siendo correspondido. Hacen el amor y le promete que la ayudará a reparar la fonda pues no puede quedarse sin una fuente de ingresos. Él sale de la casa de la muchacha temprano y es visto por Teresa, quien se dirige a la iglesia, donde se encuentra con Lucrecia y le hace saber lo que vio, asegurando que Ana Isabel es tan coscolina como lo fue su difunta madre. La ambiciosa Lucrecia enfurece y acude a Dinora, a la que abofetea para luego decirle que una muerta de hambre ha logrado en días lo que ella no ha podido en años: Enredar a Rodolfo Duprís. Dinora entonces acude a buscar a Ana Isabel y la amenaza con la intención de asustarla y lograr que se marche del pueblo pero la muchacha se siente demasiado fuerte y asegura que no se irá hasta decubrir porqué tanta gente odiaba a su mamá. Acude al padre Tobías, quien le dice que no puede revelarle lo que le fue dicho bajo secreto de conefesión y le asegura que Alfonsina no tenía nada de qué avergonzarse.

Marcelo es cariñoso con Dinora, quien solo se burla de él y rechaza su oferta de matrimonio así como sus caricias. Le pide que deje de insistir y comprenda que una mujer como ella no puede pasar el resto de su vida con un hombre aburrido e insignificante como él. Al hombre le queda claro quién es ella en realidad y promete no volver a acercársele nunca más.

Lucrecia exige a Bernardo que prohíba que a Ana Isabel le sean otorgados los permisos para reabrir su fonda pero este no puede hacer nada ya que los ha otorgado como un favor que el mismo Rodolfo le ha pedido. La mujer reclama a su ex yerno el que apoye a la hija de una ramera. Este le exige que le diga porqué e expresa así de Alfonsina y entonces Lucrecia le revela que esa mujer fue la amante de su marido, el cual murió por su culpa. Los ha escuchado Marcelo, quien decide investigar lo que sucedió hace tantos años.

Teresa presiona a Érika para que enamore a Marcelo y esta sale de casa para no padecer el acoso de su madre. Da una vuelta por el río, donde descubre a Valentín bañándose. Está a punto de ser descubierta pero huye y desde ese momento, erotizada, solo piensa en él.

Con la bendición del padre Tobías, Ana Isabel re abre la fonda, la cual llama Alfonsina, en honor a su madre, y pide a Rodolfo que sea el padrino del lugar, prometiendo que le pagará hasta el último centavo del dinero que le prestó. Este acude acompañado de Marcelo a pesar de la oposición de Lucrecia y Dinora, quienes deciden que deben actuar antes de que Ana Isabel se entrometa en sus planes. Por ello ofrecen a Silvano una fuerte suma de dinero para que la mate pero este asegura que la muerte de Alfonsina fue un accidente y él no es ningún asesino. Entonces Dinora se las ingenia para meterse en su cama en ausencia de Antonia y por fin hacer el amor con él solo para que cumpla con lo que desea. Él acepta y cuando la mujer sale del lugar es vista por Camila, quien al entrar a casa ve al hombre de su madre desnudo. Este, malvado, le pide que se acueste con él para que la haga mujer, asustándola y riéndose de ella.

Rodolfo confiesa a Marcelo que Ana Isabel le ha regresado la alegría que había creído perdida y por ello seguirá sus consejos y se dará una oportunidad con ella. Pasa todo el día con la muchacha, ayudando a servir en la fonda para vergüenza de Lucrecia y Dinora, quienes lo miran a lo ejos, maldiciendo a la muchacha. Luego la pareja festeja al quedar solos y él le dice tener temor a volverse a enamorar pero quiere darse la oportunidad con ella pues son igual de temperamentales y comparten el dolor de haber quedado solos en el mundo, perdiendo a las personas que amaron. Se besan apasionadamente y cuando él vuelve a casa, acompañado por ella, escucha los reproches de Lucrecia, a quien recuerda que no son nada desde que Oriana murió, por lo que le pide que tanto ella como Dinora deben irse lo antes posible. Lucrecia acude a buscar a su hija y la sorprende revolcándose con Silvano, por lo que se abalanza a golpes contra ambos y a ella la arrastra de los cabellos, acusándola de ser una perdida. Una zorra tan inmunda como Alfonsina. Dinora se descara y revela a su madre que al ser mujer necesita de caricias y estar cansada de las aburridas promesas de amor de Marcelo ya que ha encontrado a una amante ardiente en Silvano. Lucrecia la abofetea y le recuerda que ese hombre no es más que un criado, pero a Dinora no le importa tanto como e enterarse que Rodolfo las ha echado a la calle. Pide a Marcelo que interceda por ellas pero este no está dispuesto por lo que Lucrecia lo ofende. El hombre la calla al decirle que él no es su difunto marido para someterse a su voluntad y le dice estar enterado de cuales eran los planes de éste antes de morir: Abandonarla para escapar con Alfonsina, su gran amor. Lucrecia se estremece y le pregunta como es que sabe eso, asustándose cuando Marcelo le dice saber mucho más.

Silvano descarga su furia con Antonia, a la que maltrata y la cual es defendida por Camila, quien enfrenta al hombre y es abofetada. Sale corriendo de casa y se encuentra con Valentín, al que dice lo que sucede. Este acude a detener a Silvano, quien ha dejado herida a su mujer y sale a emborracharse para poder calmarse. Es entonces que Camila convence a su madre de abandonar al hombre y toman sus cosas para ir a casa de Ana Isabel, quien les da asilo y advierte a Antonia que si regresa con Silvano este un día la matará o abusará sexualmente de su hija, quien cuenta lo ocurrido a Germán por lo que este va a los viñedos a enfrentar al hombre, quien lo golpea. Al descubrir esto, Teresa acude a la fonda para amenazar tanto a Camila como a Antonia, a quienes Ana Isabel defiende. Antonia ofende la memoria de Alfonsina por lo que Ana Isabel le da una bofetada tan fuerte que la arroja al suelo de la banqueta, donde Teresa pasa una enorme vergüenza pues la gente se ríe de ella.

Valentín asegura a Lisandro que si insiste en ser cómplice de Silvano terminará mal ya que este no lo dejará con vida llegando el momento en que se canse de ser un criminal. Los dos se hacen de palabras y Lisandro golpea al muchacho, siendo reprimido por Rodolfo, quien le promete que si vuelve a saber de sus abusos hacia los má jóvenes lo despedirá.

El tiempo trascurre y Rodolfo mira de otra manera la vida al compartirlo todo con Ana Isabel, a quien muestra sus tierras y el trabajo en ellas, mientras que Lucrecia y Dinora se instalan en la que fuera su antigua casa, desde donde la madre planea deshacerse tanto de Ana Isabel como de Marcelo pues estos dos se han vuelto peligrosos para ella y el bienestar de Dinora, a quien dice que ahora más que nunca deben estar unidas.

Camila y Germán viven su amor apoyados por Bernardo y a pesar de las intrigas de Teresa, a quien Érika deja claro que no conquistará a Marcelo pues no está interesada en él, ocultando que se ha apasionado por Valentín, al que espía en el río hata que un día no lo ve y él aparece detrás de ella, para besarla, comenzando así los dos un romance secreto.

Noviembre 2016. Silvano intenta a toda costa hacer que Antonia regrese a su lado pero esta se resiste y la insistencia del hombre lo lleva a enfrentarse constantemente con Ana Isabel, quien no le tiene miedo y lo amenaza con decirle todo a Rodolfo, quien los descubre y habla con Antonia, la cual le cuenta el mal trato que el hombre le daba y cómo intentó abusar de su hija. Rodolfo pone un ultimatum a su capataz y le promete que si vuelve a escuchar en el pueblo más quejas de él, ya sea por su temperamento o por sus borracheras, lo echará de la hacienda y se encargará de que nadie en la región le de trabajo. En venganza, Silvano atenta con la vida del hombre, disparándole en medio de la noche, escondido. No logra su objetivo pero Rodolfo sospecha que ha sido él y le dice a Marcelo estar harto del empleado por lo que deben conseguir a un nuevo capataz, para poder deshacerse de él. Por su parte Marcelo lamenta informarle que su familia política tiene muchos secretos y que Lucrecia no es la mujer noble y refinada que aparenta ser, pues la ha investigado y en sus ayeres era una secretaria en la capital del país así como la segunda esposa de su difunto marido, el cual enviudó en extrañas circunstancias para luego casarse con ella y dar su apellido a la hija mayor de la mujer: Dinora, quien en realidad es media hermana de Oriana y el cual también murió en extrañas circunstancias cuando había tomado la decisión de divorciarse de la mujer.

Érika se gradúa y Marcelo la acompaña en ese gran acontecimiento en que Teresa le insinúa que su hija es un buen partido para él. El hombre sin embargo dice que solo puede ver a la chica como una excelente alumna a la que desea lo mejor. Luego viaja por toda la región en busca de un nuevo capataz y conoce a Honorio Buendía, un hombre decidido a darlo todo en la hacienda y con gran experiencia en el cultivo de Uva. Le pide que acuda a la hacienda para firmar un contrato y al volver a San Juan informa a Rodolfo que ya no tendrán que lidiar con Viviano, pues ha encontrado sustituto.

Ana Isabel descubre un escondite en casa de su madre y allí encuentra fotos de esta con un hombre que no es su padre, por lo que llora al creer que la gente tiene razón y Alfonsina fue una libertina. Se desahoga con Antonia, quien le hace ver que las fotos son viejas y quizás sean de años antes de que ella naciera. Encuentran una carta dirigida a la mujer y es así que Ana Isabel descubre que Roberto no era su padre pues ella es hija del difunto marido de Lucrecia, por lo que cree que Dinora en realidad es su hermana. 
Se desahoga con Rodolfo, quien ata cabos y llega a la conclusión de que Alfonsina era la mujer por la que el marido de Lucrecia abandonaría a esta, quien pudo matarlo para evitarlo. Habla con Marcelo y los dos creen que en verdad la mujer lo hizo para cobrar la herencia y no quedar en la calle, aunque creen que si el hombre sabía de la existenia de Ana Isabel quizás también pudo heredarla a ella y si Alfonsina abandonó a su hija fue para protegerla precisamente de la maldad de Lucrecia. Deciden investigar hasta llegar a lo más profundo de todo y Rodolfo visita a Dinora para hacerle preguntas sobre su padre. Ella no sabe mucho y cuando Lucrecia aparece le pide que responda a las interrogantes del hombre, al que se niega a decir una sola palabra.

Al pueblo llega Néstor Villaseñor, un misterioso hombre que va a dar a la fonda de Ana Isabel, a la cual hace preguntas sobre Lucrecia de Montenegro. Tanto Ana Isabel como Antonia y Camila le dan toda la información necesaria sobre la mujer, a la que este sorprende en su casa, donde se instala amenazando con contarle a Dinora la verdad sobre el pasado de la mujer, quien no tiene más remedio que aceptar las exigencias del hombre, quien se presenta ante la hija de esta como un viejo amigo. Néstor conoce todos los secretos de Lucrecia, pues la conoce del pasado y fue testigo de todas sus fechorías. Le exige una fuerte suma de dinero que esta se niega a darle por lo que él le jura que si al termino del tiempo que el le ha dado no le esntrega nada, entonces él le dirá a Dinora quien fue su verdadero padre.

Rodolfo pide a Ana Isabel que se case con él y ella acepta. La muchacha se pasea por el lugar y es provocada por Silvano, a quien abofetea dos veces. Este está por respnderle pero aparece Rodolfo y lo enfrenta exigiéndole respeto a la que será su futura esposa, a la que él le tendrá que rendir respeto y obediencia. El capataz se marcha y en los viñedos se encuentra a Dinora, a quien le dice del compromiso entre Rodolfo y Ana Isabel. Esta, nerviosa, se resiste a creerlo y le suplica al hombre que la mate así como hace años mató a su hermana Oriana para que ella pudiera quedarse con su marido. Aparece entoces Marcelo, quien lo ha escuchado todo y los acusa de ser unos asesinos. Acude de inmediato a buscar a Rodolfo en la hacienda, para contarle todo, pero este ha salido a dar un paseo con Ana Isabel. Entonces es sorprendido por Silvano, quien por ordenes de Dinora lo asesina, apuñalándolo, para entonces sacar su cuerpo a escondidas y enterrarlo todavía vivo en su patio trasero, mientras que Dinora sufre una crisis nerviosa y es tranquilizada por Néstor, quien le pide que le cuente sobre su padre. Esta no dice nada y se encierra en su habitación, temerosa a que el asesinato que Silvano ha cometido sea descubierto y ella vaya a dar a la cárcel.

Valentín penetra por el balcón de Érika y hacen el amor. Ella se siente más enamorada que nunca. Sin embargo su madre, Teresa, es consumida por los nervios pues su obsesión por aparentar con gente de mucho dinero la está enloqueciendo y por ello discute con Bernardo, quien intenta hacerle ver que lo que debe preocuparle es que sus hijos sean felices con las personas que quieren. La mujer sorprende a su hija con el peón, al que denuncia ante las autoridades de haber abusado de ella y es encarcelado a pesar de que Érika lo defiende y dice estar perdidamente enamorada de él. Teresa abofetea a su hija, llora angustiada al creer que esta pueda tener un hijo con el criado. La acusa de ser una desvergonzada que enlodará a los suyos. Bernardo interfiere y pide a su mujer que diga a sus hijos quien era su familia y cual es su alcurnia, las cuales solo estan en su mente pues ella fue hija de gente pobre y jamás perteneció a ninguna gran sociedad en el pueblo. Teresa abofetea a su marido y encuentra refugio en la iglesia, donde el padre Tobías le dice que Bernardo tiene razón y que los actos de sus hijos son consecuencia de la imcomprensión de ella.

Néstor se entera de que la madre de Ana Isabel fue amante del marido de Lucrecia, a la que dice estar convencido de que la muchacha es hija de su difunto marido y que ella lo mató para que no se divorciara y la dejara desprotegida. Lucrecia niega que eso sea verdad pero el hombre está convencido de sus sospechas por lo que amenaza con decirle todo a Dinora si no le da la suma de dinero que le ha exigido.

Al paso de los días la desaparición de Marcelo alerta a Rodolfo, quien cree que este se ha tomado demasiado tiempo para ir por el nuevo capataz, Fidel, quien se presenta por su propia cuenta y afirma que no ha visto a Marcelo desde que este le pidió que trabajara en Santa Oriana, donde es contratado y presentado a Valentín y Lisandro como su nuevo jefe, sucesor de Silvano, quien se niega a recibir ordenes del hombre y pide una explicación a Rodolfo, quien le dice que ya tiene nuevo capataz y él será un peón más si quiere conservar su trabajo o de lo contrario e puede ir sin intentar dispararle por venganza, como ya una vez lo hizo. Silvano queda anonadado y jura que se vengará del hombre con lo que más quiere: Ana Isabel. Lisandro lo apoya y pronto los dos tienen un enfrentamiento con Fidel, quien les asegura que no teme a los trabajadores problemáticos pues sabe como lidiar con ellos.

Rodolfo busca entre las cosas de Marcelo y encuentra un sobre dirigido a él. Lo abre y en él descubre que en su testamento, el ex marido de Lucrecia nombró herederas por partes iguales a sus dos hijas: Oriana y Ana Isabel. Notifica a su amada de lo que ha descubierta y la alienta para que pelée por lo que por derecho le corresponde. Ella, confundida, se niega a hacerlo y sufree al saber que quizás el abandono de su madre se debió a que Alfonsina deseaba protegerla pues su vida corría peligro. Rodolfo por su parte está convencido de que Marcelo puede estar muerto por haber descubierto esto y acude a enfrentar a Lucrecia, a la que jura que si mató a su amigo para que este callara lo que sabe, él sacará a la luz la verdad. Los escucha Donora, la cual se niega a aceptar que Ana Isabel sea su hermana y por ello la odia más que nunca. Lucrecia sin embargo siente que todo se le ha complicado pues tras la muerte de Oriana la hija de su enemiga es la punica heredera de la fortuna de su marido y por ello desea asesinarla.

Ana Isabel se lleva un susto cuando Silvano y Lisandro la acorralan pues cree que atentarán contra ella. Se encuentra con Érika y le cuenta lo que sucedió, quedando a salvo las dos al estar en la iglesia, donde hablan con el padre Tobías.

Rodolfo aconseja a Valentín que luche por Érika si en verdad la ama, mientras que a la muchacha la aconseja Ana Isabel, siendo sorprendidas por Teresa, quien cree que la muchacha aconseja a su hija para convertirla en un alibertina igual que ella y su madre. Ana Isabel decide pasar de largo las agresiones de la mujer, a la que asegura que un día perderá a su famiia con su actitud y eso la hará recapacitar.

Silvano y Lisandro trabaja bajo las ordenes de Fidel, quien no se deja llevar por sus provocaciones y se ha ganado ráoidamente el respeto de los peones en los viñedos. Por ello su vida corre peligro puesto que Silvano no desea perder su poder y ha jurado venganza. Sigue manteniendo amoríos con Dinora, a quien Néstor aconseja que luche por el hombre que quiere sin importarle las consecuencias. Acude a enfrentar a Ana Isabel, quien le dice que como hermanas deben intentar ser amigas pero Dinora solo se ríe de ella mientras que Silvano intenta violar a Camila, quien es defendida por Fidel y Germán, los cuales descubren lo que sucede y ahuyentan al malhechor, quien solo se ríe de los tres, jurando que algún día la muchacha será suya.

Bernardo pide el divorcio a Teresa al darse cuenta de que nunca fueron compatibles y ella solo desea imponer su voluntad a sus hijos, a los que recrimina amar a gente a la que ella considera inferior. La mujer se niega a separarse de él pues no quiere ser motivo de habladurías entre la gente. Por eso Bernardo hace sus maletas y se marcha, causándole un gran dolor. Ella intenta convencer a sus hijos de que el hombre la ha abandonado para ir detrás de otra mujer pero estos no le creen y, para su desgracia, la enteran de que si su padre se ha ido ellos lo seguirán.

Ana Isabel y Lucrecia se encuentran en la iglesia y la segunda no pierde oportunidad de ofender a la primera, quien la enfrenta y asegura no desear un solo centavo del que fuera su verdadero padre pues nunca lo conoció. Lucrecia se alegra por esto y al hablar con el padre Tobías este le recuerda que ha estado gozando de una fortuna que no le pertenece por lo que debe devolverla a su legítima dueña. Lucrecia jura que antes que eso suceda matará a Ana Isabel, a la que odia con todas sus fuerzas. Sin embargo tiene una preocupación mayor: Néstor, con quien discute logrando que Dinora los escuche y descubra así que el hombre es su verdadero padre. Los enfrenta y este le revela todo lo que su madre ha sido capaz de hacer para enriquecerse y dejar de ser la ramera que una vez fue. La mujer los desprecia a los dos y en venganza Lucrecia mata al hombre cuando van a bordo de su auto, pues lo golpea vilmente y luego, al sacarlo de la unidad, sobre la carretera, lo arrolla con su auto en múltiples ocasiones hasta cersiorarse de que está muerto. Cuando el cadaver es descubierto y se le informa ella finge un fuerte sufrimiento que Dinora no le cree y la acusa de haber sido la responsable de la muerte de su padre. Lucrecia la abofetea y ambas discuten pues Dinora sabe que su madre siempre la ha utilizado para sus planes pero no así lo hizo con Oriana, su consentida, al grado de que hizo que esta se casara con Rodolfo Duprís a sabiendas de que ella estaba enamorada de él y era su novia originalmente, pues siempre quiso lo mejor para su hija menor, la cual era su seguro de vida. Lucrecia niega que esto sea verdad pero en el fondo sabe que su hija tiene razón y asegura que todo lo hio por el bien de las tres.

Ana Isabel habla con el padre Tobías sobre el pasado de sus padres y este le asegura que se amaron intensamente pero Alfonsina huyó luego de la muerte de él, segura de intentarían hacerle daño, hasta regresar luego de muchos años, para re abrir su fonda. El sacerdote se pone nervioso cuando la muchacha le pregunta si él cree que Lucrecia sea capaz de matar pues recuerda las confesiones de la mujer. Desiste seguir hablando del tema.

Rodolfo no cesa en la búsqueda de Marcelo mas la policía no logra encontrarlo en ninguna parte. Está convencido de que Lucrecia se encuentra detrás de su desaparición y pide a Dinora que lo ayude a descubrirla. Esta le dice estar dipuesta a traicionar a su propia madre a cambio de que él se case con ella. Rodolfo la desprecia y ella sufre por él. Se revuelca con Silvano y ambos confabulan un siniestro plan y al llegar el día de la boda entre Ana Isabel y Rodolfo se las ingenian para secuestrar a la novia, con toda la intención de matarla pues solo así Dinora puede casarse con el hombre y Silvano vengarse de él. Rodolfo cree que Ana Isabel no ha llegado a la iglesia y Érika lo entera de que esta estaba muy ilusionada y ya estaba lista para acudir al recinto. Por su parte Ana Isabel lucha contra Dinora y Silvano, a los que asegura que no impedirán que ella y Rodolfo sean felices, aterrándose al descubrir que estos están decididos a matarla. Logra escapar y al ver en carretera un auto que se acerca, vestida de novia pide ayuda. El auto se detiene y ella sube, estremeciendose al ver a la persona que conduce: Es Lucrecia, quien le promete que no permitirá que desvanezca sus planes por lo que terminará con lo que su estúpida hija Dinora no pudo. Amenaza a Ana Isabel con una pistola y la hace bajar del auto en un lugar apartado, donde le revela cómo asesinó a su padre.
La pone de rodillas y entonces vivana toma un puño de tierra que arroja a la cara de la mujer, quien suelta disparos al perder la visión mientras que la muchacha sube al auto y escapa pero pierde el control y el auto cae al vacío, explotando, por lo que Lucrecia cree qu la muchacha ha muerto. Camina por carretera y es sorprendida por Silvano y Dinora, a la que dice haber terminado con lo que ella no pudo. Ambas discuten en casa y se abofetean al sacar sus trapos a la luz, al grado que Lucrecia revela a Dinora que siempre fue un estorbo para ella pues impidió que rehiciera su vida con otros hombres que bien valían la pena, mientras que Oriana, su consentida, representaba su seguridad económica y por eso se empeñó en casarla con Rodolfo. La madre se estremece cuando llena de rencor Dinora le dice que por eso se encargó de eliminar a su hermana, a la que siempre odió. Lucrecia la abofetea y la maldice pero Dinora no está arrepentida y jura que ahora que no hay mujer que se interponga en su camino y tiene las manos limpias se casará con Rodolfo Duprís.

Ana Isabel ha sobrevivido al accidente y al reaccioan decide volver al pueblo en busca de Rodolfo, quien al creer que ella lo ha abandonado, ayudadado por el alcohol se vuelve a hundir en una gran trizteza. Ante él aparece Dinora para decirle que el auto de su madre estalló y en él se encontraba Ana Isabel, quien se lo robó para huír del pueblo y abandonarlo. Intenta darle consuelo pero el hombre la rechaza y la acua de ser una arrastrada que no entiende que él no puede amarla y nunca llegará a hacerlo.

Silvano sorprende a Antonia y Camila en la fonda y les cuenta de la muerte de Ana Isabel, riéndose de ellas pues ahora que se quedarán sin trabajo tendrán que regresar con él. Antonia se arma de valor y decide que será ella quien se quede con la fonda y la trabaje antes que volver con él, a quien Camila desenmascara diciendo saber que es amante de Dinora Montenegro así como el responsable del incendio en que Alfofnsina perdió la vida. Silvano intenta golpear a la muchacha pero Antonia defiende a su hija y lo ahuyenta con un machete. Este se va riéndose de ellas pero a solas las maldice pues sabe que si dicen una sola palabra de lo que saben lo pueden destruir. Y no se equivoca pues cuando e hace oficial la muerte de Ana Isabel, de la que se cree murió calcinada en el aparatoso accidente, luego de robarse el auto de Lucrecia, acude a Rodolfo para asegurarle que esta estaba demasiado enamorada de él como para abandonarlo, revelándole que a su amada la asesinaron y que los responsables pudieron ser Dinora y Silvano, quienes son amantes y mandaron a incendiar la fonda la noche en que Alfonsina murió. Lleno de rabia, Rodolfo busca a Lisandro y lo golpea fuertemente, exigiéndole que le diga la verdad. Este la acepta y le dice que lo hizo en complicidad con Silvano y por ordenes de Dinora. Ante ellos aparece Silvano para acusar a su cómplice de traidor y enfrentar a Rodolfo, al que dice lo mismo que Lisandro así como que enterró vivo a Marcelo y hace años cortó el cinturón de la silla del caballo de Oriana, provocando que esta cayera y muriera, aunque mucho ayudaron las serpientes. Todo para complacer a Dinora. Luego toma su pistola para asesinar a Rodolfo pero al disparar Lisandro se interpone para detenerlo, enfrentándolo, mientras Rodolfo corre por la policía, la cual llega tarde pues Silvano ha asesinado a su cómplice y se ha dado a la fuga, pidiéndo ayuda a Dinora, quien se niega a dársela. Son descubiertos por Lucrecia, quien temerosa al escándalo decide que ella ayudará al capataz, al que pide que se esconda en una casita abandonada que ella posee a las afueras de la ciudad. Le entrega las llaves y luego pelea con Dinora, a quien Rodolfo enfrenta para maldecirla por el sufrimiento que le ha causado al matar a su primera esposa, asegurando que la enviará a la cárcel. La mujer acude en búsqueda de su amante, Silvano, de quien Germán y Fidel saben el paradero pues lo vieron entrar en su escondite. Los amantes se echan la culpa el uno al otro de sus crímenes y luego hacen el amor. 
Dinora extrae una daga que entierra en el pecho del hombre para matarlo pero este la extrae y se la entierra a ella, en la espalda, cuando intenta huir, para luego ahorcarla con sus manos. Los dos pelean hasta que terminan muriendo. La policía halla los cuerpos y buscan en el patio trasero de la casa del hombre, hallando los restos de Marcelo en estado de descomposición.

Rodolfo no puede creer que haya vivido engañado durante tanto tiempo. Lamenta que Ana Isabel esté muerta y se estremece cuando ella, vestida de novia, aparece ante él, diciéndole que fue secuestrada. Se abrazan y se besan y la muchacha denuncia a Lucrecia, la cual es detenida por la policía mientras llena de dolor vela el cuerpo de Dinora. Niega ser responsable de lo que se le acusa, etremeciéndose cuando ante ella aparece Ana Isabel para señalarla pues intentó matarla cuando Silvano y Dinora fallaron. Lucrecia la maldice y grita cuanto la odia por ser la bastarda de la mujer que le arrebató la tranquilidad mientras es subida a una patrulla y llevada a una prisión estatal, donde es condenada a muchos años en la cárcel, lugar dnde vive llena de remordimientos pues se ha quedado completamente sola.

TIEMPO DESPUES: Ana Isabel se casará con Rodolfo y, apasionada por el trabajo en la hacienda, regala la fonda a Antonia y Camilia, a la par que para ayudar a su amiga Érika busca a Teresa y le aconseja que acepte que sus hijos sean felices con las personas que aman y los recupere antes de que sea tarde. Teresa acude a la casa en que su famiia vive apartada de ella y pide perdón a todos, asegurando que está dispuesta a cambiar si l aceptan con ellos. La prueba es que pide perdón a Valentín y Camila y acepta que sean las parejas de sus hijos. Todos son muy felices.

Bernardo visita la tumba de Oriana, a la que asegura que jamás no olvidará y promete que hará muy feliz a Ana Isabel. Presencia la aparición del fantasma de la mujer, quien le da su bendición para luego pedirle que la deje ir por completo. Lleno de emoción, él lo hace.

Ana Isabel recibe la herencia de su verdadero padre, descubriendose los crímenes de Lucrecia, quien vive amargada en la cárcel, donde solo espera el día en que muera pus no encuentra sentido a la vida.

Bernardo y Ana Isabel se casan y celebran su amor entre los viñedos, dispuestos a ser felices para siempre.


FIN












© TE ENSEÑARÉ A QUERERME DR. 2016
Es un obra protegida y los derechos son propiedad de su autor.
Se prohíbe su copia y reproducción parcial y/o total
así como su contenido con fines de lucro.
(R) & (P) 2016